Tres veces presentó Pilato al Señor ante el pueblo:
1. “¡He aquí el hombre!” (v. 5Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! ). El que había sido escogido por el pueblo en lugar de Barrabás, un justo por un ladrón (18:39,4039Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? 40Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón.).
2. “¡He aquí vuestro Rey!” (v. 14Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!). El que había sido rechazado al aclamar a César (v. 15Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.): un hombre tirano, injusto, cruel, depravado, por el Hijo de Dios que es amor, justicia y misericordia.
3. Aquí no está la frase, sólo la acción: “Lo entregó a ellos” (v. 16Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.). ¡He aquí el reo! pudieran ser las palabras de Pilato.
Aquí vemos la elección de Pilato entre su propio puesto y el Señor. Prefirió poner a Cristo en la cruz para que él pudiera quedarse en su puesto. Quiso salvar su vida y no la del Señor.
Nuevamente, como ayer, vale la pena que, en vez de juzgar a Pilato, analicemos nuestras respuestas ante circunstancias similares. ¿Cómo son nuestras elecciones? ¡Ay del que gana todo el mundo y pierde su alma (Mt. 16:26Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?); que escoge bienes temporales en vez de los celestiales; que se identifica con el mundo en vez de con Cristo! Tomemos ejemplo de Moisés (Heb. 11:25,26 25escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.).