La historia de hoy vuelve a tocar la secuencia: ver antes de creer. Unos, como Juan, sólo necesitan ver pruebas de su resurrección; otros, como los diez del primer domingo, “se regocijaron viendo al Señor” (v. 20Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.) cuando les mostró sus manos y el costado. Finalmente, unos terceros, como Tomás, exigen pruebas contundentes (v. 25Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.). Notemos que a los primeros los llama el Señor “bienaventurados” (v. 29Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.).
Siguiendo con esta línea de pensamiento notemos que lo que Juan escribe en su evangelio son señales (v. 30Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.): cosas que se ven, no cosas que se oyen. Juan está consciente de que muchos después de él necesitaríamos “señales” para ver que “Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” (v. 31Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.).
Como ayer, pensemos en nuestro trabajo de predicar el evangelio (2 Ti. 4:1,2,51Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 5Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.). Tendremos de las tres clases de oyentes. ¿Cómo convertirlos en creyentes? Mostrando señales vivas de nuestro testimonio. Nuestra manera de vivir tal vez sea sometida a escrutinio severo por algún “Tomás”, pero no importa si por hacer esto encuentran a Cristo viviendo en nosotros.