Este último capítulo está dedicado a una página de la vida de Pedro, amigo cercano de Juan (Hch. 3:1Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.). Tratemos de ver un contraste entre el líder (antes) y el que pastorea (después de su comisión). Como líder, Pedro dice: “Voy a pescar” (v. 3Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.), y sus compañeros lo siguen. Él se echa al mar y deja a los demás con la carga. Él saca la red y cuenta los pescados. Todo esto nos habla del líder humano que lleva a empresas infructuosas (no pescaron nada), deja a otros las cargas pesadas y escoge las de más relevancia (contar los pescados).
Pero el Señor lo llamó a apacentar y a pastorear, y como comentario a este ministerio hemos de leer sus propias palabras (1 P. 5:1-11Ir a la Biblia en línea (sitio externo)) donde da:
a) Los instrumentos para conducir la grey: el ánimo y el ejemplo.
b) Las características del que apacienta: sumisión y humildad.
c) Las responsabilidades del que pastorea: velar, resistir al diablo y soportar padecimientos.
Volviendo al evangelio, encontramos una lección de cómo exhortar, ministerio frecuente del que pastorea. El Señor lo hizo “cuando hubieron comido” (v. 15Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.). No exhortemos a las ovejas cuando tienen el estómago vacío. La alimentación con la Palabra ha de venir antes de cualquier corrección.