ABRIL 27

Números 20:1-13Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

EL PECADO DE MOISÉS

Consideremos tres cosas:

1. Las circunstancias del pecado (vs. 1-51Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada. 2Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. 3Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! 4¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 5¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.).

Podemos disculpar a Moisés enumerando las veces que el pueblo murmuró contra Dios, considerando la injusticia de culpar a los jefes por el pecado del pueblo (14:27-2927¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? 28Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.), pero Dios no encontró disculpa para Moisés ni la encontrará para nosotros. Debemos vencer las circunstancias que Dios conoce y permite, pues nunca nos prueba más allá de nuestra capacidad (1 Co. 10:13 13No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.).

2. La naturaleza del pecado (vs. 6-116Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos. 7Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 8Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. 9Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. 10Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? 11Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.).

Fue desobediencia, ya que Dios dijo: Habla, y Moisés golpeó la peña, y dos veces. Se apoyó en experiencias pasadas (Éx. 17:6He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.) y no en la palabra recién pronunciada. Es peligroso usar métodos de antaño en vez de obedecer la voluntad de Dios para hoy. Y fue presunción: “¿Os hemos de hacer salir aguas...?” (v. 10Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?). Compárese lo dicho por Pedro y Juan (Hch. 3:12Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?). Es peligroso pensar que Dios y yo hacemos milagros. Sólo Dios los hace, y a él pertenece toda la gloria.

3. Las consecuencias del pecado (vs. 12,1312Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. 13Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.).

Moisés fue castigado por destruir una lección importante. La segunda peña habla de Cristo resucitado. No será herido dos veces, basta hablarle. El pecado de Moisés no canceló la fidelidad de Dios: “salieron muchas aguas” (v. 11Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.).

“El Sembrador”
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