Consideremos tres cosas:
Podemos disculpar a Moisés enumerando las veces que el pueblo murmuró contra Dios, considerando la injusticia de culpar a los jefes por el pecado del pueblo (14:27-2927¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? 28Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.), pero Dios no encontró disculpa para Moisés ni la encontrará para nosotros. Debemos vencer las circunstancias que Dios conoce y permite, pues nunca nos prueba más allá de nuestra capacidad (1 Co. 10:13 13No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.).
Fue desobediencia, ya que Dios dijo: Habla, y Moisés golpeó la peña, y dos veces. Se apoyó en experiencias pasadas (Éx. 17:6He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.) y no en la palabra recién pronunciada. Es peligroso usar métodos de antaño en vez de obedecer la voluntad de Dios para hoy. Y fue presunción: “¿Os hemos de hacer salir aguas...?” (v. 10Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?). Compárese lo dicho por Pedro y Juan (Hch. 3:12Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?). Es peligroso pensar que Dios y yo hacemos milagros. Sólo Dios los hace, y a él pertenece toda la gloria.
Moisés fue castigado por destruir una lección importante. La segunda peña habla de Cristo resucitado. No será herido dos veces, basta hablarle. El pecado de Moisés no canceló la fidelidad de Dios: “salieron muchas aguas” (v. 11Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.).