JUNIO 30

1 Samuel 31:1-13Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

FIN DE UNA DINASTÍA

En la batalla del monte de Gilboa, caen Saúl, sus hijos y muchos del pueblo y el resto huye sintiéndose desprotegido. Triste fin de un hombre cuyo corazón no fue recto delante de Jehová.

Aprendamos cuán grande es la responsabilidad de aquel que se levanta como guía de un grupo. Si anda en sus propios designios, si hace sus propias leyes y pelea sus propias batallas, Dios no estará con él y pronto lo dejará, como dejó a Saúl. ¿Qué pasará entonces? Él se sentirá débil y otros ganarán las batallas, como Jonatán (14:14Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra.). Esto traerá envidias y mucho de su tiempo se dedicará a estas rencillas personales, (persiguiendo a David). Pero lo más triste es que llegará el momento en que los suyos caerán en la guerra (v. 2Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino.) y entrará miedo al pueblo y dejarán sus propiedades al enemigo (v. 7Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.).

¡Qué triste! Pero cuidémonos de no caer en este error. Como jefes de familia o en alguna otra responsabilidad semejante, corremos el peligro de arrastrar a otros y llenarlos de miedo y desconfianza en Dios, por nuestra conducta, cuando ésta no está en la voluntad de Dios. ¡Sírvanos de advertencia la forma en que Saúl fue borrado del trono de Israel!

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
Apartado Postal 28,
94300, Orizaba, Ver., México.
xm.gro.rodarbmesle@rodarbmesle