JULIO 15

2 Samuel 13:1-39Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

LA ESPADA

Por intriga amorosa David mandó matar a Urías; por la misma causa fue mandado matar uno de sus hijos: Amnón. La historia en sí no tiene nada sobresaliente: son hechos de hombres llevados por envidias y deseos de venganza. Nunca hay ejemplos que seguir en la vida de hombres que actúan sin el Espíritu de Dios morando en ellos.

La lección la encontramos en lo inevitable que es segar lo que sembramos para la carne (Gá. 6:7,87No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.). Dios ciertamente absuelve al pecador y se olvida de los pecados de aquel que, arrepentido, se acerca a él clamando misericordia; pero no puede impedir que sus leyes se cumplan respecto a la consecuencia que acarrea el pecado cometido. El confesar los pecados y buscar su perdón, cambia, definitivamente, las consecuencias eternas para el alma que ha pecado, pero las de esta vida no pueden ser pasadas por alto. Que esto nos sirva de lección para cuidar cómo andamos con Dios y evitar sembrar lo que no quisiéramos cosechar: mentiras, envidia, ira... muerte. Como David, podemos perder privilegios y dejar de ser útiles para Dios.

El consejo de Jonadab nos recuerda a aquel que está presto a animar a su hermano, pero usa su astucia (vs. 3-53Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy astuto. 4Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y Amnón le respondió: Yo amo a Tamar la hermana de Absalón mi hermano. 5Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano.) o sus conocimientos (vs. 32,3332Pero Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes hijos del rey, pues sólo Amnón ha sido muerto; porque por mandato de Absalón esto había sido determinado desde el día en que Amnón forzó a Tamar su hermana. 33Por tanto, ahora no ponga mi señor el rey en su corazón ese rumor que dice: Todos los hijos del rey han sido muertos; porque sólo Amnón ha sido muerto.). No seamos como él, sino como Natán, trayendo palabra de Jehová.

“El Sembrador”
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