Tratando de entender el versículo 1Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. y 1 Crónicas 21:2Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa. proponemos que, pensando en sus victorias, el pueblo de Israel se sentía orgulloso. Dios vio esto en su corazón y permitió que Satanás tentara a David a censar al pueblo. ¿En dónde estuvo el pecado? Hay tres posibilidades:
1. Se buscaba incrementar el ejército, quitando a hombres del campo para llevarlos a las guarniciones reales. No dejemos nuestra alimentación a través de la lectura de la Biblia para atender la defensa de nuestra fe.
2. Se buscaba incrementar el tributo real. No olvidemos que dependemos de Dios para nuestra vida y no de nuestra cuenta bancaria.
3. No se hizo el censo usando el medio siclo de plata como en los días de Moisés. No olvidemos que hemos sido redimidos y que pertenecemos a Dios.
Por alguna de estas razones pecó David (v. 10Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.). ¡Guárdenos Dios de este pecado nacido de la codicia o del deseo de saber cuán grandes somos! Bástenos saber que Dios está con nosotros.
La lección final del capítulo es un bello contraste: “No ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada” (v. 24Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.). Aquí sí podemos usar nuestro deseo de hacer contabilidad.