Ezequías ofrece un contraste con los reyes de Israel de quienes hemos leído en capítulos anteriores. También con los de Judá que hicieron lo recto a medias. Él quitó los lugares altos, quebró imágenes, aun la serpiente de bronce hecha por Moisés, una reliquia histórica con ochocientos años de antigüedad. No se limitó a restaurar el edificio, sino que guardó los mandamientos de Dios tocante a la pascua y las otras celebraciones que el pueblo debía guardar.
Un rey y un pueblo con la esperanza puesta en Dios (v. 5En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.) pudieron resistir las amenazas del rey de Asiria y de sus emisarios. La actitud del pueblo es un buen ejemplo para nosotros: “El pueblo calló, y no le respondió palabra” (v. 36Pero el pueblo calló, y no le respondió palabra; porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis.). Así actuó el Señor y así debemos actuar nosotros ante las amenazas. No es con palabras, sino con hechos que se manifiesta la fe y éstos los veremos en la lectura de mañana.
Hay muchos detalles adicionales de Ezequías en 2 Crónicas Caps. 29-32Ir a la Biblia en línea (sitio externo) y comentados en la Buena Parte, Año II, mes de agostoOTRO AVIVAMIENTO.