“Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?”
1. UNA VERDAD. “Me voy a morir”. Los hombres hacen hasta lo imposible para extender su vida, pero todos saben que, a la larga, van a morir.
Ante esto, es importante reflexionar sobre:
2. UNA ALTERNATIVA. Para Esaú fue escoger entre la primogenitura o un guisado de lentejas. Para nosotros esto significa escoger entre:
a) Lo temporal. Quien escoge este camino no le importa otra cosa sino el presente, y no piensa en nadie más que en sí mismo.
b) Lo duradero. Quien escoge esto, no necesariamente piensa en Dios. Puede sólo seguir normas religiosas o morales buscando cuidar su imagen y hacer las cosas pensando que se agrada a Dios. Este camino es de dolor y sacrificios, y lo más probable es que no se alcance ni lo temporal ni lo eterno.
c) “El reino de Dios y su justicia” (Mt. 6:33). Esto es lo que NO hizo Esaú. La primogenitura significaba más que recibir como herencia una mejor parte de las riquezas de su padre; traía con ella las bendiciones y promesas de Dios. Si era el escogido de Dios, debía creer que él no lo dejaría morir de hambre.
1. ¿Quién mostró fe al: (anota sus nombres)
a) Buscar una ofrenda?
b) Construir un arca?
c) Ofrecer a su hijo?
2. Pero hay ejemplos que no debemos imitar:
a) Esaú. ¿Qué hizo sin usar la fe (25:34)?
b) Jacob. ¿Qué hizo sin usar la fe (27:19)?
3. Esto ilustra otra definición de pecado: “Todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Ro. 14:23). ¿Te acuerdas de las otras definiciones que ya vimos?
Al hacer sus decisiones, ni Esaú ni Jacob usaron la fe. El primero no vio el valor de lo que menospreciaba y el segundo, quiso ayudar a Dios.
Hebreos 11:6 nos da la razón del porqué “todo lo que no proviene de fe, ES PECADO”, pues vemos que la fe hace estas tres cosas:
1. Cree que Dios es real.
2. Cree que Dios premia la obediencia.
3. Obedece todo lo que Dios dice.
¿Tienes esta clase de fe (Heb. 10:39)?