“¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?”
Una viña es un terreno que está sembrado con vides. Las vides son enredaderas que crecen como el chayote, de ellas se cosechan las uvas.
Para que haya uvas dulces y abundantes se necesita:
1. Una ladera fértil, para que la planta tenga suficientes nutrientes.
2. Un terreno despedregado, para que la planta pueda echar raíces profundas.
3. Una cerca, para que nadie entre a robar o destruir.
4. Una torre, para vigilar y prevenir peligros.
5. Un lagar, para convertir el fruto en buen vino.
6. Pero sobre todo: vides escogidas.
a) ¿Podría haber hecho algo más por su viña?
b) ¿Por qué dio uvas que no sirven para vino?
Al apóstol Pablo le tocó un trabajo muy especial:
1. Conocer el misterio de Cristo (v. 4leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, ): que los gentiles participan de las mismas promesas que le fueron hechas a los judíos (v. 6que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio,).
2. Anunciar el evangelio de Cristo (v. 8A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, ): que la cruz de Cristo significa reconciliación con Dios (Ef. 2:16y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. ).
3. Aclarar el propósito de Dios en Cristo (vs. 9-129y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; ): Dios quiere que nuestra fe
en Cristo nos dé:
a) Seguridad de que Dios nos cuida.
b) Confianza de que Dios nos oye.
c) Victorias, para dar a conocer la multiforme gracia de Dios.
En el Nuevo Testamento, la figura es mejor. Ya no somos vides, sino ramas de una vid. Por tanto, Dios puede entristecerse más si no damos fruto, porque la vid a la que pertenecemos es Cristo.
¿Qué nos toca hacer a nosotros para dar fruto excelente y abundante?
ERMANECER en Cristo.
ERMITIR que Dios nos limpie.
EDIR lo que nos hace falta.