“Vamos..., para que predique también allí;
porque para esto he venido”
Marcos 1:38El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.).

NUEVAMENTE estamos ante el inicio de un año y, en la Escuela Dominical, pondremos nuestra atención en la narración de la vida de nuestro Señor Jesucristo por uno de los evangelistas.

Este año nos toca estudiar el Evangelio según San Marcos. Marcos fue un joven que conoció al Señor Jesús porque su madre seguía muy de cerca los pasos del Maestro. ¡Qué bueno es tener padres que se interesan en que conozcamos al Señor Jesucristo!

Después, su casa se convirtió en un lugar de reunión para la iglesia en Jerusalén. Marcos se interesó en el ministerio de predicar el evangelio y acompañó al apóstol Pablo y a su tío Bernabé en su primer viaje, donde experimentó que la vida del predicador no es fácil y los dejó seguir sólos.

Al pasar los años, se hizo muy amigo del apóstol Pedro, y muchos piensan que fue este discípulo del Señor quien lo motivó y ayudó en la tarea de escribir el Evangelio que estudiaremos.

Fue sin duda, su cercanía a tan grandes predicadores, lo que lo impulsó a enfocar su relato para hacer resaltar a Cristo como aquel que vino a predicar el evangelio y a servir a todos con abnegación.

Tres lecciones importantes se desprenden de una lectura cuidadosa de este Evangelio, y están ligadas con:

1. La misión de predicar. Predicar, es un ministerio que se ve más en el Nuevo Testamento, y, como veremos este trimestre, Cristo es el mejor ejemplo.

2. El compromiso de servir. Tomar la posición de uno que sirve es algo que no se ve en estos días. Sólo los que buscan imitar a Cristo lo hacen.

3. La voluntad de cumplir. Al Evangelio según San Marcos se le relaciona con la figura de un buey, que es una hermosa figura de Cristo porque habla de trabajo, de esfuerzo y de pronta respuesta a las órdenes de Dios.

El Señor Jesús nos ha invitado a llevar su yugo y aprender de él (Mt. 11:29Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas). Por eso queremos que este trimestre alcances esta meta: Servir como Cristo sirvió.

Las doce lecciones te dirán lo que debes hacer:

1. Complacer al que me envió

2. Vencer dificultades

3. Utilizar mi fe

4. Responder inmediatamente

5. Predicar el evangelio

6. Hablar al corazón

7. Pensar con humildad

8. Entregarlo todo

9. Dar fruto abundante

10. Mirar, velar y orar

11. Llevar la cruz

12. Evaluar mi servicio

 

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INTRODUCCIÓN

CRISTO: El Siervo Perfecto

VOLVAMOS a las tres lecciones que anotamos en la página anterior, son lecciones que este Evangelio toca en forma particular. Esto servirá para hacer más claro por qué se escogieron estas palabras para el título de este trimestre.

PREDICAR

Eclesiastés 12:9-119Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. 10Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. 11Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor., nos presenta en pocas palabras qué se espera de un predicador, y es lo siguiente:

1. Hace escuchar. Las multitudes que seguían a Cristo nos dicen que esto lo hizo bien.

2. Hace escudriñar. Muchas veces leemos cómo los que lo escuchaban le hacían preguntas. Esto nos dice que llegaba a sus mentes.

3. Halla palabras agradables. Éstas llegan al corazón y no se olvidan. Los cuatro Evangelios son un testimonio de que las palabras del Señor fueron así.

SERVIR

La perfección de su servicio se puede observar en el hecho de que el Señor Jesucristo:

1. Sanó a todos los que le buscaron.

2. Recibió a los necesitados a toda hora.

3. Obedeció todas las órdenes de su Padre.

CUMPLIR

Como testimonio de la fidelidad del Señor en todo cuanto su Padre le pidió, pensemos en:

1. La voz que vino de su Padre (1:11Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.).

2. Su recepción en el cielo (16:19Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.).

3. El lugar que ocupa a la diestra de Dios (16:19Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.).

Conclusión: En todo es perfecto.

“El Sembrador”
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