“Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.”
¿Lloraría Ana cuando dejó a Samuel, su primogénito, bajo el cuidado de Elí?
¿Lloraría Samuel cuando su madre regresó a su casa en Efraín y lo dejó para servir en el templo?
Ante momentos cruciales como estos el Señor Jesús pensó: “Para esto he llegado a esta hora” (Jn. 12:27Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.).
La promesa de Ana no fue que dedicaría a Samuel cuando llegara a cierta edad. Sino que ya había sido dedicado a Dios y que sería de él “TODOS los días de su vida” (1 S. 1:11E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.). Esto incluiría su infancia y niñez. Y así lo educó y así lo preparó para ese día.
Ese día en el templo, Samuel y Ana estaban llegando a la hora importante de su vida: era un momento de alegría y gozo.
Leemos que Ana adoró. Pienso que daría gracias a Dios por la oportunidad de tener bajo su cuidado a un hombre de Dios. Si hubiera pensado en los años en que ya no estaría Samuel con ella, hubiera llorado, pero esto no fue así, entonces, ¿pensaría en los años en que su hijo serviría a Dios? Creo que sí, por eso adoró.
Para entender un poco más la fe de Ana al llevar a Samuel y dejarlo en el templo, es bueno imaginarse un cuadro de lo que sucedía en ese lugar:
1. “La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días” (1 S. 3:1El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.).
2. “Los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová” (1 S. 2:17Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.).
3. Los hijos de Elí hacían “pecar al pueblo de Jehová” (1 S. 2:24No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.).
Aún así, Ana cumplió su promesa, porque no daba a su hijo a las circunstancias sino a Dios.
Interpreta esto en tus palabras y actualízalo al día en que vivimos.
1.
2.
3.
Ocuparse en:
* La lectura,
* La exhortación y
* La enseñanza
(1 Timoteo 4:13),
para así no caer en pecado.
“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Estas fueron las palabras del apóstol Pablo, y son una verdad hasta el día de hoy. El apóstol Pedro dijo palabras semejantes (1 P. 5:8-118Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 11A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.).
Si el camino del creyente fuera fácil, todos andarían en él, pues no sería necesaria la fe en Dios para llegar a la meta.