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Confesando mi necesidad

TEXTO PARA MEMORIZAR 2 Crónicas 14:11

“Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.”

INTRODUCCIÓN 2 Crónicas 14:8-15Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

El texto que sugerimos te aprendas de memoria es más largo que de costumbre, pero contiene una oración que será muy útil para ti, pues la puedes usar como modelo. Pensemos en estos tres ingredientes:

1. Conocimiento de Dios. “Para ti...” Como vimos en la lección pasada, tenemos que comenzar pensando en nuestro Dios; lo que él ha dicho y hecho es base de nuestra fe y motivo de alabanza y adoración.

2. Clamor y confesión. “Ayúdanos... porque.” No es sólo clamar por ayuda: es confesar nuestra razón del por qué presentamos nuestra petición.

3. Compromiso con Dios. “Tú eres nuestro Dios.” La confesión de nuestro compromiso y que sabemos que, si le fallamos, se va a ver como si el enemigo pudo más que Dios.

Cuando oras a Dios, ¿usas frases como éstas que hemos visto?

LECCIÓN Asa

En estas lecciones estamos pensando en nuestro trabajo de apacentar la grey del Señor (ve los temas de cada personajeCada personaje nos enseñara como llevar a cabo lo que Dios nos ha mandado). De Salomón aprendemos lo importante que es tener la sabiduría de Dios para esta misión; de Asa aprenderemos lo indispensable que es contar con la ayuda de Dios para cuidar a su pueblo; y de ambos, lo necesario que es saber orar.

Pero al pensar en la oración, es bueno aprender que necesitamos “orar siempre, y no desmayar” (Lc. 18:1También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar).

Cuando joven, Asa tuvo enemigos que podía ver, como los etíopes, a quienes venció porque se apoyó en Dios (2 Cr. 14:9,129Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa. 12Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes).

Treinta y seis años después tuvo miedo de los de su propia raza y no se apoyó en Dios (2 Cr. 16:7En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. ).

A los treinta y nueve años de su reinado, se enfermó y no consultó a Dios (2 Cr. 16:12En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos.).

Una lección: al crecer, tres cosas pueden cambiar:

a) Nuestros ojos no distinguen las trampas del enemigo.

b) El enemigo se vuelve más astuto en sus engaños.

c) Los peligros son internos, vienen de nuestra mente (cómo pensamos) y alma (qué es lo que buscamos).

¿Pensarás igual?

PENSAMIENTO Salmo 19:12¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.

La Palabra de Dios sirve para amonestar al siervo.

Por eso, David confiesa lo difícil que es entender los errores que comete y hace una plegaria muy interesante.

¿Cuántas veces confiesas a Dios esta necesidad y haces esta plegaria?

“El Sembrador”
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