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El Hijo del Hombre y la misericordia

TEXTO PARA MEMORIZAR Lucas 10:37

“Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo.”

INTRODUCCIÓN El prójimo

Todas las relaciones humanas deben fluir en dos direcciones. No reconocer esto, destruye hogares, divide familias y hace pedazos las amistades. Dar y recibir, debe verse de padre a hijo y de hijo a padre; de esposo a esposa y de esposa a esposo. Así, el que cayó en manos de ladrones era prójimo de los tres, pero lo que el Señor preguntó es: ¿quién fue el prójimo de él?

La respuesta manifiesta que sólo el que “usó de misericordia con él” (10:37Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.).

Puesto de otra manera: hay mucha gente próxima a mí, estoy rodeado de ella en la escuela, en el trabajo y en mi vecindad; pero sólo cuando hago algo en beneficio de mi semejante lo estoy reconociendo como mi prójimo.

Cristo, más que prójimos, nos llamó “hermanos” (Mt. 28:10Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán; Heb. 2:11Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos), lo que nos habla de una relación más profunda.

¿Cómo tratas tú a tus semejantes? ¿Qué es lo que haces por ellos?

LECCIÓN Amor al prójimo

Hablando de la relación esposo—esposa, la Biblia dice: “El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (Ef. 5:28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.), y nos explica que esto es así cuando el marido ve a su esposa como parte de él mismo.

El Señor Jesús nos ve como “miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos” (Ef. 5:30porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos). Por tanto, obedecer la orden: “Vé, y haz tú lo mismo” (10:37Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo), comienza con ver a mi prójimo como parte de mí. Mi prójimo y yo somos hijos de Adán, con las mismas necesidades, los mismos problemas y enfrentando los mismos peligros; la diferencia está en que yo tengo al Señor Jesucristo y él, aún no lo conoce como Salvador ni lo confiesa como Señor, además, él aún está enfermo y destrozado por haber caído en manos del maligno.

¿Qué imagen recibes?

El sacerdote y el levita se sentían justos y privilegiados, y se consideraban diferentes al que yacía medio muerto en el camino. ¡Qué triste es cuando el haber nacido en un hogar cristiano o el haber leído la Biblia, nos hace sentirnos mejores que los que la sociedad ha marginado por haber caído en conductas desviadas!

Aún son nuestros prójimos y tenemos el deber de mostrarles el amor que Dios nos mostró a nosotros.

PENSAMIENTO Lucas 6:36Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso

Dios no nos pide que seamos algo que él no es, ni nos exige que hagamos algo que él no hizo. También es bueno recordar que el Señor Jesús, en los días de su carne, sólo usó los recursos que están a mi alcance.

Conscientes de esto, aprendamos a usar de misericordia para con todos los que están en necesidad.

“El Sembrador”
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