“Habló Jehová... en el desierto...”(Números 1:1Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en el día primero del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:).

LA frase inicial del Libro de Números encierra dos verdades que nos van a servir para enfocar nuestras lecciones durante este segundo trimestre del año.

1. “Habló Jehová...”

Estaremos viendo muchos detalles de lo que Dios mandó al pueblo de Israel. Algunos dirán: No somos de ese pueblo de Israel; pero, el Dios de los hebreos, es el mismo Dios de nosotros; un Dios que no cambia, que no inventa nuevas formas para nuevas épocas, que no tiene que modificar lo que dijo porque se equivocó o porque surgieron cambios que no esperaba.

Por esto, y por muchas razones más, será muy importante estudiar y entender lo que Dios dijo al pueblo de Israel, pues ahora, ¡nosotros somos su pueblo!

2. “En el desierto...”

Los eventos que estaremos estudiando y de los cuales obtendremos lecciones para el día de hoy, sucedieron todos en el desierto, cuando el pueblo de Israel viajaba de Egipto a Canaán. Eran extranjeros y peregrinos sin terrenos y casas propias, sin comercios donde comprar, ni lugares donde divertirse y aún más, sin caminos marcados por donde andar.

Nosotros, como el pueblo de Dios, también debemos andar como extranjeros y peregrinos, y considerar que transitamos en un desierto donde no hay nada que puede satisfacernos.

El pueblo de Israel encontró todo lo que necesitaba dentro de su campamento, bajo una nube que durante el día le daba sombra del sol tan caluroso del desierto, y de noche, era una columna de fuego que los alumbraba y les daba calor, pues al ponerse el sol, el desierto es sumamente frío. Dios les dio maná para comer y agua abundante para todas sus necesidades; además sus vestidos y sus zapatos nunca envejecieron (Dt. 8:2-52Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 4Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. 5Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.). Para ocuparse en su tiempo libre, Dios los capacitó para construir un tabernáculo. Todos encontraron algo que hacer: niños y mayores, mujeres y varones participaron alegremente en su construcción.

Veremos en nuestras lecciones cómo es que Dios ofrece y pide lo mismo para su pueblo: la iglesia el día de hoy. Estas son las lecciones que aprenderemos:

HISTORIAS DE AYER CON LECCIONES PARA HOY

a) El Dios de los extranjeros y peregrinos:

1. Cómo gozar el perdón RESTITUCIÓN

2. Cómo complacer a Dios SANTIDAD

3. Qué ofrecer a Dios CONSAGRACIÓN

4. Cómo servir a Dios REDENCIÓN

5. Cómo obedecer a Dios ADORACIÓN

6. Cómo seguir a Dios OBEDIENCIA

b) La conducta de los extranjeros y peregrinos:

7. Nuestros pensamientos GRATITUD

8. Nuestros razonamientos FE

9. Nuestras ambiciones SUMISIÓN

10. Nuestro testimonio DISCIPLINA

11. Nuestros deberes ADMINISTRACIÓN

12. Nuestra seguridad IDENTIDAD

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INTRODUCCIÓN

LAS lecciones de este trimestre se han dividido en dos partes. En cada una pensaremos de nosotros como extranjeros y peregrinos en esta tierra, caminando rumbo al cielo, donde tenemos nuestra morada y de donde viene todo lo que necesitamos. Pero en cada una habrá un enfoque diferente:

EL DIOS DE LOS EXTRANJEROS Y PEREGRINOS

Comenzaremos conociendo al Dios que sacó a su pueblo de Egipto y que es el mismo Dios que conocemos nosotros y que nos redimió y nos hizo su pueblo.

Estaremos viendo facetas que muchos piensan no tienen que ver con la época de la gracia, pero están muy equivocados. El Dios de toda gracia es un Dios santo y justo, que exige se pague por todo pecado cometido y que demanda se le sirva con integridad y en santidad. Por no tomar esto en cuenta, muchos del pueblo de Israel murieron; y también por esta razón, muchos creyentes están débiles y enfermos en cuanto a su fe (1 Co. 10:5Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.; 11:30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.).

LA CONDUCTA DE
LOS EXTRANJEROS Y PEREGRINOS

Vamos a aprender que nosotros somos ciudadanos del cielo y extranjeros y peregrinos en esta tierra (1 P. 2:11Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma). Como tales, hay conductas muy claras que debemos observar. Mediante ellas, diremos a los que nos rodean que amamos a Dios y le servimos con alegría; manifestaremos que somos diferentes a los demás por nuestra forma de vivir y porque somos ordenados y disciplinados, y deberán darse cuenta por lo que poseemos y buscamos, que no tenemos raíces que nos atan a este mundo.

“El Sembrador”
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