"Y le cambió los vestidos de prisionero, y comió siempre delante de él todos los días de su vida."
Vestirnos y comer, son dos cosas que hacemos todos los días. Pero en esta historia hay algo importante en cada caso, un dato que cambió para bien en la vida de Joaquín, por la benevolencia de Evil-merodac.
"Vestidos de..." Nuestro vestido habla a gritos de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que sentimos. Nosotros, por la gracia de Dios, ya no tenemos vestidos de prisionero. Hemos sido vestidos de:
_________________________________________________________________ (Gá. 3:27)
Por tanto hemos de vestirnos como_____________________________________________
De ______________________________________________________________ (Col. 3:12)
"Y comió..." Qué comemos, dónde comemos y con qué regularidad, se refleja en nuestra salud, nuestra energía y nuestro carácter. Por la gracia de Dios, podemos ahora alimentarnos cada día de:
_________________________________________________________________ (1 P. 2:2)
y hacerlo como _____________________________________________________ (Ef. 1:5)
El relato en Jeremías 52:31-34, nos da más detalles del cambio que experimentó Joaquín. Leemos que:
a) Le alzó la _____________________________________________________________
b) Lo sacó de ____________________________________________________________
c) Puso su trono __________________________________________________________
Todo esto pasó, además de lo que ya comentamos. También se nos explica que lo que comía venía de la mesa del rey Evil-merodac. ¡Qué cambio tan maravilloso!
¿Por qué? La respuesta la tenemos en el mensaje de Jeremías que habló de sumisión a Dios y de aceptar su disciplina, es decir, sumisión a Babilonia (Jer. 21:8-10 con 2 R. 24:12).
Someterse y humillarse son dos acciones extremadamente difíciles para el ser humano; más aún, cuando su corazón está lleno de pecado y su conciencia cauterizada. Pero es la única forma de lograr los tres resultados marcados en este pasaje:
a) Que el diablo huya de nosotros.
b) Que Dios se acerque a nosotros.
c) Que el Señor nos exalte.
La historia de Joaquín es un testimonio a esta verdad.