EN tiempos de angustia para el pueblo de Judá, el profeta Isaías dio como señal lo que aquí el ángel repite a José: “Una virgen concebirá” (v. 23He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.; Is. 7:14Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.).
El rey de aquella época, Acaz, se enfrentaba a burlas y amenazas de sus enemigos. José estaba también ante una situación difícil tocante a qué hacer con su desposada. Por un lado le aconsejaba su corazón noble y por otro, la ley de Moisés que exigía castigo (Dt. 22:13-30Ir a la Biblia en línea).
Notemos que Dios escogió hablarle, “pensando él en esto” (v. 20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.). A veces Dios no nos habla porque en vez de detenernos a analizar nuestra situación nos precipitamos en la toma de decisiones. Dios quiere que le digamos: “Ayúdame a decidir”, en vez de: “¿Qué piensas de mi decisión?”
La amonestación del ángel, “No temas”, fue respaldada por dos nombres: JESÚS – Salvador y EMANUEL – Dios con nosotros, y una profecía que sería cumplida: el nacimiento virginal (vs. 18,21,2318El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.).
Estas tres verdades son también señal para nuestros tiempos difíciles cuando Satanás nos quiere hacer dudar de nuestra salvación. ¿Cómo las interpreta y aplica en su vida?