El Espíritu Santo junta dos historias donde hubo desacuerdos con resultados diferentes (15:2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.y 39Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre). La primera fue sobre lo que se enseñaba y allí era necesario llegar a un acuerdo. La segunda fue sobre cómo actuar y Dios permite que haya más de una forma de actuar. Bernabé actuaba con bondad y quería una segunda oportunidad para Marcos. Pablo actuaba con apego a la verdad, tal vez pensando en lo dicho por el Señor en Lucas 9:62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios..
Es difícil reunir las dos posturas y, en realidad, Dios usa las dos; por eso aquí no hubo acuerdo aparente. El Espíritu Santo usó este desacuerdo para que Pablo y Bernabé entendieran la necesidad de multiplicar sus esferas de acción y buscaran otros compañeros.
Resumiendo: podemos establecer que los desacuerdos vienen para aprender algo nuevo, analizar nuestras esferas de trabajo y multiplicar nuestro servicio, pero nunca deben degenerar en división. Se debe llegar a una de dos metas: unificación (caso primero), o multiplicación (caso segundo). Necesitamos madurez espiritual y la dirección del Espíritu Santo para saber cuál es el caso.