El templo estaba en un cuadrado de 500 cañas por lado y fuera de esto estaba el lugar profano (v. 20A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano.). Siguiendo el símil de ayer, estos son los que no están en Cristo.
Dentro del cuadrado donde estaba el templo, había dos atrios:
1. En el atrio exterior, se degollaban y limpiaban las ofrendas (40:40-4240A un lado, por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, dos mesas. 41Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán las víctimas. 42Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de un codo y medio de longitud, y codo y medio de ancho, y de un codo de altura; sobre éstas pondrán los utensilios con que degollarán el holocausto y el sacrificio.); allí el sacerdote comía de estas ofrendas (v. 13Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio abierto, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas; allí pondrán las ofrendas santas, la ofrenda y la expiación y el sacrifico por el pecado, porque el lugar es santo.) y también se presentaba ante el pueblo (v. 14Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del lugar santo al atrio exterior, sino que allí dejarán sus vestiduras con que ministran, porque son santas; y se vestirán otros vestidos, y así se acercarán a lo que es del pueblo.).
2. En el atrio interior, estaba “la mesa que está delante de Jehová” (41:22La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos; y sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Y me dijo: Esta es la mesa que está delante de Jehová.). Aquí se quemaban las ofrendas y holocaustos y en este atrio se ministraba delante de Jehová.
Para entrar a este atrio también había tres puertas alineadas con las otras tres, pero para pasar por ellas era necesario degollar una ofrenda. El camino a la comunión íntima con Dios es recto, de fácil acceso, pero tiene requisitos (ver lección de ayer).
Dios pide de mí la misma fe (eran iguales), pero debo llevar mi vida entera como sacrificio (Ro. 12:1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.). Sin ofrenda en mis manos no puedo estar ante la mesa de Jehová, el lugar de íntima comunión (Dt. 16:16Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías).