Aunque escrita en un calabozo, esta epístola no comunica la tristeza de la cárcel sino los triunfos del cielo. “Mis prisiones”, dice Pablo una y otra vez, pero no para quejarse sino para dar gracias a Dios que por medio de ellas el evangelio había llegado al pretorio y a la casa de César (v. 13de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás.; 4:22Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.), y otros habían cobrado ánimo por medio de ellas para predicar la palabra sin temor (v. 14Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.).
Pero estaba en un dilema (v. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor). Estar con Cristo o seguir sirviéndole. Su deber era magnificar a Cristo, o por vida o por muerte.
La vida victoriosa tiene su fundamento en Cristo. Tomemos nota de estas bases importantes:
1. POSICIÓN: “En Cristo” (v. 1Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:).
2. PRIVILEGIO: “Predican a Cristo... de buena voluntad” (v. 15Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.).
3. PROPÓSITO: “El vivir es Cristo” (v. 21Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia).
4. PORVENIR: “Estar con Cristo” (v. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor).
Al final del capítulo tenemos una exhortación a unidad, mostrando comportamiento digno del evangelio. Debemos combatir “unánimes por la fe del evangelio” (v. 27Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio). La experiencia de Pablo debe ser la nuestra. Debemos tener “el mismo conflicto” (v. 30teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.), pero también debe ser nuestra la misma experiencia de triunfo.