Hay catorce situaciones que se presentan en pares, para nosotros, ¿cuál es la mejor? El Predicador que escribe estas líneas siempre prefiere la primera de las que nombra:
1. Buena fama o el ungüento. La fragancia de lo primero dura más.
2. El día de la muerte o del nacimiento. Si se trata de un creyente, lo primero es mucho mejor, porque el espíritu parte de este mundo para estar con Cristo (Fil. 1:23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor).
3. La casa de luto o del banquete. En la primera, se ven las cosas con la perspectiva de la eternidad y en la segunda, se busca distracción que nos evita pensar en cosas importantes.
4. El pesar o la risa. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mt. 5:4Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.).
5. La reprensión del sabio o la canción del necio. El sabio compara lo segundo al ruido de espinos al arder.
6. El fin del negocio o el principio. Al final, los peligros y la incertidumbre habrán pasado.
7. Espíritu sufrido o altivo. Es mejor ser paciente que insolente. El que es más que Salomón fue: “manso y humilde de corazón” (Mt. 11:29Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas).
Hay más comparaciones: los tiempos pasados y los presentes; “la muerte” y “la mujer cuyo corazón es lazos y redes” (v. 26Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso.). Aunque habla de lo mejor, el punto de vista sigue siendo “debajo del sol”, y por lo tanto, es pesimista.