FEBRERO 18

Eclesiastés 9:1-18Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

LO INEVITABLE DE LA MUERTE

El Nuevo Testamento lo presenta así: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Heb. 9:27Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio). Aquí no entra el “después” y por eso es tan pesimista este Predicador que dice: “Mejor es perro vivo que león muerto” (v. 4Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.).

Para entender bien el capítulo vale la pena volver a leer la introducción. Los conceptos aquí vertidos no son producto de “la fe... una vez dada a los santos” (Jud. 3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.), sino la opinión del hombre natural. Abundan los falsos maestros que, usando estos versículos, pretenden enseñar la aniquilación del impío y la inexistencia del infierno. El que cree que todo termina con la muerte, cree razonable buscar gozar la vida intensamente: comiendo, bebiendo, vistiendo bien y disfrutando del amor (vs. 7-97Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios. 8En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. 9Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.).

Este capítulo contiene una de las pocas parábolas que hay en el Antiguo Testamento (vs. 14,1514una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; 15y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre.). La pequeña ciudad (mi alma) se ve amenazada por un gran rey (Satanás), pero un hombre pobre y sabio (mi Señor) la libra. Lo triste es que “nadie se acordaba de aquel hombre pobre”.

¿Tenemos al Señor en nuestra memoria? (1 Co. 11:24,2524y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.).

“El Sembrador”
La Semilla es la Palabra de Dios
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