En el mundo de hoy, cuando esto es tan común, es necesario que los niños sepan lo sagrado del matrimonio antes de que Satanás siembre en ellos la cizaña. El divorcio se permitía por causa de fornicación, es decir, problemas previos al día en que se conocieron como marido y mujer; (Mt. 5:32Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.; Dt. 24:1Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.). Pero Dios condena el volverse a casar, y lo hará siempre, porque ha provisto tres fuerzas que, bien usadas, no permitirán que entre en el matrimonio todo lo que hoy tan frecuentemente lo destroza.
Génesis 2:24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. se repite tres veces. La primera de ellas, en la porción de hoy, está en un marco legal (vs. 7,87Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.) y nos habla de la ley civil que une, afectando nombre, cuenta de banco, casa, propiedades, etc. La segunda (1 Co. 6:16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.), está dentro del contexto de atracción hombre-mujer y habla de afectos, amor, sentimientos, etc. La tercera (Ef. 5:31Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. ) está al final de una hermosa lección de la unión de Cristo con su iglesia. Ésta nos habla de vínculos espirituales, de un yugo de servicio (2 Co. 6:14No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ) donde el bienestar del cónyuge está antes que el mío y la voluntad de Dios antes que la de ambos.
El hombre y la mujer pueden ser fuerzas opuestas que convergen en un propósito o que divergen, y por tanto, destrozan lo hermoso que Dios ha dado a sus criaturas.