ABRIL 14

Hebreos 10:1-25Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

PERFECCIÓN

En esta Epístola, perfección es la virtud de Cristo por medio de la cual el hombre, pecador por naturaleza, puede acercarse a Dios.

Aquí notamos el contraste de las muchas ofrendas que no pueden perfeccionar (v. 1Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.) y la una que “hizo perfectos para siempre a los santificados” (v. 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados). También, al hacer el contraste se marca la razón de la virtud del sacrificio de Cristo: su voluntad (v. 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.). El animal que se ofrecía en holocausto no podía poner objeción a ser usado como ofrenda. A diferencia de esto está el: “He aquí que vengo” (v. 7Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí.) del Hijo de Dios.

También la entrega voluntaria queda subrayada en el comentario mudo del Espíritu al cambiar: “Has abierto mis oídos” (Sal. 40:6Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado.) que nos recuerda Deuteronomio 15:17entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada, por “me preparaste cuerpo” (v. 5Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.). El “se despojó a sí mismo” (Fil. 2:7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres) y “en los días de su carne” (5:7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente), son las piedras fundamentales del “camino nuevo y vivo que él nos abrió a través..., de su carne” (v. 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne).

Entonces, siendo nuestra esta perfección, “Acerquémonos..., en plena certidumbre de fe” (v. 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura).

“El Sembrador”
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