Con frecuencia veremos a Nehemías orando (1:4-11Ir a la Biblia en línea (sitio externo); 2:4Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos; 4:4,5,94Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. 5No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. 9Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.; 5:19Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo.; 6:9,149Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos. 14Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo.). La oración del capítulo anterior fue hecha en el mes Quisleu, noveno en el calendario (Zac. 7:1Aconteció que en el año cuarto del rey Darío vino palabra de Jehová a Zacarías, a los cuatro días del mes noveno, que es Quisleu). Aquí estamos en el mes Nisán, primero del año siguiente. Cuatro meses de oración prepararon a Nehemías para la oportunidad de exponer su problema al rey, pero cuando el rey le dice: “¿Qué cosa pides?” (v. 4Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos), Nehemías vuelve a orar.
Hay oraciones que son breves y hay las que duran meses. ¿Sabemos usar ambas clases de oración? Nehemías sólo disponía de segundos porque el rey esperaba su respuesta y Dios contestó tanto sus oraciones constantes, como la que hizo con prisa aquí. Recibió permiso para ir a Jerusalén, cartas que franquearon el paso y provisión abundante de madera y todo lo necesario para la reconstrucción.
Nehemías no atribuye el éxito a sus gestiones sino a “la benéfica mano de Jehová” (v. 8y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.). La misma mano nos dará protección y provisión a nosotros en este día.