El Mensajero. Tres aspectos que debe cuidar e imitar todo predicador (v. 14Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.): (a) “En pie con los once”. Pedro tenía el respaldo de sus hermanos. (b) “Alzó la voz”. Buscó hacerse escuchar. (c) “Les habló”. Tenía algo que comunicar, y supo hacerlo.
Necesitamos la comunión de nuestros hermanos. Necesitamos preocuparnos por la calidad de nuestra voz. Si oradores paganos como Demóstenes lo hicieron, ¿por qué no habremos de hacerlo nosotros para proclamar mejor el nombre de nuestro Señor? Finalmente, necesitamos aprender a comunicarnos.
El Mensaje. Lo importante es qué entiende nuestro auditorio, no las palabras que pronunciamos. Hay tres cosas en el mensaje: (a) Explicar el presente (vs. 14-21Ir a la Biblia en línea (sitio externo)). (b) Presentar a Cristo (vs. 22-28Ir a la Biblia en línea (sitio externo)). (c) Indicar cuál es la relación entre el hombre y su Dios (vs. 29-36Ir a la Biblia en línea (sitio externo)).
Sin lo primero no prestaría atención el público; sin lo segundo no habría esperanza en nuestro mensaje; sin lo tercero no habría motivación para buscar la salvación.
La Motivación. En la reacción final notemos: (a) La pregunta del público (v. 37Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?). (b) La instrucción (v. 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.): “Arrepentíos (dejen la vida vieja), y bautícese cada uno (comience la vida nueva)”. (c) La palabra: fueron llevados a las promesas de Dios para que allí se basara su fe.