Dios protege a los suyos de muchas formas. Hoy leímos de tres:
1. La intercesión de un amigo (vs. 4-64Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus obras han sido muy buenas para contigo; 5pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa? 6Y escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que no morirá.). De parte de Jonatán vemos valentía y decisión, pero más, argumentos contundentes que convencieron finalmente a su padre para no hacer el mal que tenía planeado en contra de David. Para esto se necesita conocer bien a Dios y al amigo por el que se intercede (v. 5pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa? ).
2. La intervención de terceros. No es bueno pedir esta intervención, pero habrá veces en que Dios la permita. En Mical vemos engaño, insinceridad y mentira (vs. 13-1713Tomó luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió con la ropa. 14Y cuando Saúl envió mensajeros para prender a David, ella respondió: Está enfermo. 15Volvió Saúl a enviar mensajeros para que viesen a David, diciendo: Traédmelo en la cama para que lo mate. 16Y cuando los mensajeros entraron, he aquí la estatua estaba en la cama, y una almohada de pelo de cabra a su cabecera. 17Entonces Saúl dijo a Mical: ¿Por qué me has engañado así, y has dejado escapar a mi enemigo? Y Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir; si no, yo te mataré.), pero Dios los permitió para que David escapara a Ramá y para que Mical no recibiera la ira del rey.
3. El poder del Espíritu. Este incidente es curioso (vs. 23,2423Y fue a Naiot en Ramá; y también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá. 24Y él también se despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de Samuel, y estuvo desnudo todo aquel día y toda aquella noche. De aquí se dijo: ¿También Saúl entre los profetas?), no pretendemos explicarlo, pero notemos que Dios logró su propósito: salvar a David sin daño personal de Saúl, su ungido.
Que esto nos sirva para confiar en Dios que tiene medios multiformes para salvarnos, y para buscar amigos como Jonatán que estarán con nosotros en momentos de adversidad.