Podemos notar cuatro etapas en el pueblo de Israel:
1. Su elección. “En vuestros principios” (v. 11Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová.). Dios les recuerda que tenían hombres valientes, mucho ganado y que vivían en paz. Dios los eligió de entre las naciones y los hizo receptores de muchos favores.
2. Su prueba. Al llegar a la tierra prometida Dios comenzó a darles instrucciones para probar su obediencia. No cumplieron todas y por eso aumentaron sus problemas y mermaron sus bendiciones. Las naciones alrededor, con sus religiones paganas, sedujeron a muchos. Los placeres temporales que ofrecían, fueron más para ellos que las bendiciones y protección que habían gozado de Dios. No pasaron la prueba.
3. Su disciplina. Esto fue consecuencia de lo anterior (v. 19Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué.), pero pasó una cosa: el nombre de Jehová fue profanado (v. 20Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido.). Los gentiles no entendieron cómo Israel pudo dejar a su Dios por los baales, ni cómo Dios pudo dejar que su pueblo fuera llevado cautivo y su tierra desolada.
4. Su restauración (vs. 22-32Ir a la Biblia en línea (sitio externo)). Dios deja bien claro que no lo hace porque lo merecen o porque hayan purgado sus pecados en Babilonia. Afirma que lo hace: “por causa de mi santo nombre” (v. 22Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.).