Acaz abandonó a Jehová y se fue tras costumbres idólatras (2 R. 16:2,32Cuando comenzó a reinar Acaz era de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años; y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre. 3Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel.). Dios manda a Isaías al encuentro de éste, acompañado de su hijo que sería doble advertencia al rey.
“Un remanente volverá” es el significado del nombre del hijo del profeta y señal que de todos los descarriados, unos volverían a las sendas de justicia. También indica que, después del cautiverio profetizado, sólo un remanente de fieles volvería a Jerusalén.
Es hermoso notar que en este mensaje se incluye la necesidad de creer para ser salvo (v. 9 9Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.; Jn. 3:18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.).
La segunda vez que habla con Acaz le dice: “Pide para ti señal” (v.11Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto.). “Lo profundo” y “lo alto” sugieren que el rey practicaba nigromancia y astrología. Por eso se toma como una piedad burlona su respuesta: “No pediré” (v. 12Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová.). No obstante, Dios da una señal: la concepción virginal de Emanuel, una de las bases fundamentales de nuestra fe.
Esta señal sería incomprensible para Acaz, pero para nosotros es una verdadera joya cuyos fulgores resplandecerán por la eternidad.