Octubre 9

Isaías 6:1-13Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

UN DRAMA EN TRES ACTOS

1. En el cielo (vs. 1-41En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. ). Isaías ve “al Señor sentado sobre un trono alto y sublime”; escucha el canto de los serafines que ensalzaban al tres veces Santo; siente estremecerse las puertas del templo y es recordado el señorío del Todopoderoso.

2. En su interior (vs. 5-75Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. ). Cae como muerto a los pies del Rey, confesando sus pecados. El fuego del altar quita su culpa y limpia su pecado. Una voz lo vuelve a la vida, pero para ofrecerse al que hizo el milagro de su transformación.

3. A su alrededor (vs. 8-13 8Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. 9Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. 10Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad. 11Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; 12hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra. 13Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.). Una voz lo llama y él se ofrece, obediente al llamado, a cumplir la voluntad del Señor. Recibe instrucciones y, aunque no las entiende, vemos que en su ministerio las obedece. Dios comparte con él la verdad de que su trabajo no será en vano.

La lección para nosotros es sencilla; tenemos también la visión del Señor que es Sublime y Santo. Podemos tener la experiencia de transformación y, como Isaías, escucharemos el mandato a una misión que no será infructuosa (Mt. 28:19,2019Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. ). ¿Por qué, pues, no nos esforzamos como Isaías a cumplir el deseo de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 P. 3:2,17,182para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;
17Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
)?

“El Sembrador”
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