MARZO 2

Lucas 8:40-56Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“TODOS LE ESPERABAN”

¡Qué diferentes son las reacciones de la gente! En Gadara le pidieron al Señor que se fuera; aquí “todos le esperaban” (v. 40Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban).

Dentro de ese “todos” resaltan dos personajes: Jairo (v. 41Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa) y la mujer que padecía de flujo de sangre (v. 43Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada). Al leer este pasaje vemos algo que surge en estas personas: su confianza en el Señor.

En Jairo, vemos su fe cuando su hija está muriendo (v. 42porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo) y aun cuando ya está muerta (v. 49Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro); pues nunca dudó de aquel ante el cual se postró.

Nadie había podido curar a la mujer (v. 43Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada), pero cuando mira al Señor, confía que él la puede sanar y toca su manto. El resultado fue que “al instante” quedó sanada (v. 44se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre).

La Biblia dice: “Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza” (Sal. 40:4Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.). ¿En qué o en quién ha depositado su confianza? ¿En sus bienes? No le servirán. ¿En las personas? No le ayudarán (vs. 43,52,5343Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada 52Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta.). ¿En Cristo? Es lo mejor (vs. 54,5554Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. 55Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer). Si aún no lo ha hecho, ¡hágalo, no espere más! Vuelva sus ojos hacia el Señor Jesús y que su experiencia hoy sea la de la multitud que le recibió con gozo (v. 40Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.).

“El Sembrador”
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