Hay varios momentos en la vida del Señor Jesús donde se presentan alternativas, como una “Y”, o bifurcación en un camino, para probar su obediencia al Padre.
Veamos tres casos:
1. Cuando todos caen a tierra (v. 6Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra.). El camino alterno al del amor, es el usar su poder como Dios. Pudiera haber aniquilado a sus enemigos e impuesto un gobierno de terror.
2. La actitud de Pedro (v. 10Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.) presenta otro camino alterno. El evangelio no ha de abrirse paso con la espada, la fuerza humana, sino con la “locura de la predicación” (1 Co. 1:21Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.).
3. Podemos añadir: la actitud del pueblo (6:15Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.). El mundo ha de convencerse por el mensaje de la cruz no por las canastas de pan.
Recuerde los acontecimientos narrados en otros evangelios (Mt. 4:9y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares; 17:4Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.; Mr. 8:11,32,3311Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. 32Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.; Lc. 9:54Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?; 22:41-4441Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.). “La copa” puede compararse con el llamamiento, y en este contexto, pensemos en lo que se pide de nosotros (Ef. 4:1Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados; 2 Ts. 1:11Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder; Heb. 3:1Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús).
Contrastando con la decisión firme del Señor está el carácter fluctuante del hombre (v. 17Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy.). Pero no sea esto excusa para nuestra debilidad, sino advertencia para no confiar, como Pedro, en nuestras propias fuerzas.