Tres acciones del evangelista, pues se cree que “el otro discípulo” es Juan. No fue el primero en entrar (vs. 5,65Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. 6Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,); el primero fue Pedro, pero fue el primero en creer (v. 8Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.) y lo hizo, no al ver a su Señor, como el resto de los discípulos, sino al ver el sudario y los lienzos (v. 7y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. ). Esta fue la prueba suficiente para entender que era necesario que el Señor resucitara de los muertos.
Detengámonos a ver los pasos de la fe.
1. “Entró”. Estando afuera nunca nace la fe. Quien no lee la Biblia, no conoce a Dios; quien no se acerca a la cruz, no entiende su amor; quien no llega al sepulcro abierto, no encuentra la seguridad de su salvación.
2. “Vio”. Ver es buscar detalles, es analizar el por qué de éstos, etc. Es esperar la revelación de Dios que será apoyo para nuestra fe.
3. Entendió y “creyó”. Estos dos últimos son simultáneos, pues “por la fe entendemos” (Heb. 11:3Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.).
Estos pocos versículos tienen muy repetido el verbo “ver”: subráyelo. Esto nos hace notar que es importante usar los ojos, una puerta del alma. ¿Qué es lo que ofrezco a la vista de mis vecinos? ¿Ven mi vida nueva en Cristo?