ABRIL 14

Números 11:1-35Ir a la Biblia en línea (sitio externo)

“NO CODICIEMOS COSAS MALAS”

Tal es el consejo del apóstol sobre este acontecimiento (1 Co. 10:6Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.). La ingratitud es un pecado muy común (Lc. 17:18¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?), pero muy grave. Aquí Dios lo castiga con fuego (vs. 1-31Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. 2Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. 3Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.). La gente extranjera mezclada entre el pueblo se cansó del maná y codició carne.

Hoy los que no tienen el Espíritu de Dios se cansan del maná espiritual y exigen otras actividades en la iglesia. El maná es figura de Cristo en su origen, su color, su sabor, su pureza, su sencillez. Los que se cansan de Cristo demuestran que no lo conocen y no le pertenecen.

Muchos ancianos en las diferentes Iglesias Locales, como Moisés, sufren desaliento ante las quejas y murmuraciones, pero no deben decir: “No puedo...” (v. 14No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía.). Dios no pide a ningún hombre llevar la carga solo. Cristo es la Cabeza de la iglesia y nunca abdicará a su puesto.

La provisión de carne (vs. 31-3531Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. 32Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo largo alrededor del campamento. 33Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande. 34Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso. 35De Kibrot-hataava partió el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.) reveló la codicia del pueblo. En ese estado de ánimo despreciaron el maná y sufrieron el castigo. ¡Cuántas desdichas y enfermedades espirituales en la iglesia se deben al desprecio de que es objeto Cristo y su Palabra y a la codicia de cosas malas!

“El Sembrador”
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