Ya hemos visto siete sellos que se abren y manifiestan los misterios de Dios (cap. 6Ir a la Biblia en línea (sitio externo)); siete trompetas que declaran la guerra contra Satanás, el ángel del abismo (caps. 8Ir a la Biblia en línea (sitio externo),9Ir a la Biblia en línea (sitio externo)), y hoy, leímos de siete copas que hablan de un juicio consumado.
Hay una semejanza entre estas plagas y las de Egipto, pero aquí aparecen con superlativos. Es un cuadro triste y desolador, pero necesario para comprender la misericordia de Dios.
La misericordia no puede divorciarse del juicio y la verdad. Si esto pasara, dejaría de ser misericordia y llegaría a ser incapacidad para gobernar. Por esto un ángel declara: “Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos” (v. 7También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.).
El toque bélico de la batalla de Armagedón nos hace pensar que las plagas pudieran ser el uso desenfrenado de armas nucleares y biológicas que, juntamente con el deterioro del medio ambiente, causan estos estragos en el hombre.
Se termina con un cuadro de desolación (v. 20Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.) que produce blasfemia (v. 21Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.). Tal es la respuesta del corazón endurecido.