NOVIEMBRE 23
DOS EJEMPLOS DE HUMILDAD
Además del ejemplo supremo de Cristo tenemos a dos hombres que nos dan lecciones de humildad y servicio:
1. TIMOTEO (vs. 19-2419Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; 20pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. 21Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. 22Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. 23Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos; 24y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros.).
La dedicación de Timoteo al servicio se contrasta con el egoísmo de todos los que “buscan lo suyo propio” (v. 21Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.). Los filipenses eran propensos a esto. Pablo ya los exhortó a no mirar “cada uno por lo suyo propio” (v. 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros). El egoísmo es el gran enemigo de la iglesia hoy. Nos ocupamos demasiado en nuestros derechos, nuestra salud, nuestras comodidades, y todo esto pesa más en la balanza de nuestra voluntad que el privilegio de servir a Dios en el evangelio. Timoteo no era así.
2. EPAFRODITO (vs. 25-3025Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades; 26porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado. 27Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. 28Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza. 29Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él; 30porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí.).
Pablo honra con cinco títulos hermosos al que vivía para servir, aunque tuviera que sufrir por ello. Epafrodito llevó a Roma el donativo de los filipenses, se enfermó estando allí y se angustió, no por sí mismo, sino por el dolor que causaría a los que lo habían enviado. Esto es buen ejemplo de “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (v. 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.).