“Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.”
Pensemos en dos preguntas muy similares:
a) ¿Tenéis algo QUE comer?
Con ésta, se pregunta si se tiene algo con qué satisfacer el hambre, es decir, queremos saber si nuestros amigos tienen suficiente alimento en su mesa.
Si el Señor Jesús hiciera esta pregunta el día de hoy, muchos contestarían: ¡SÍ!, pues se alimentan de la T.V., de chismes y de criticar a otros.
b) “¿Tenéis algo DE comer?”
Con ésta, se pregunta si se tiene algo que compartir, es decir, queremos saber si tienen algo de comer para darnos a nosotros.
Si el Señor Jesús hiciera esta pregunta el día de hoy, muchos contestarían: ¡NO!, pues el Señor no se alimenta de la T.V., ni de chismes, ni de criticar a otros.
Esto nos lleva a otras dos preguntas:
a) ¿Con qué te alimentas? Es decir, ¿cómo satisfaces tus deseos de aprender y ser alguien en la vida, y qué haces cuando tu cuerpo pide divertirse o distraerse?
b) ¿Cuáles de estas actividades puedes compartir con el Señor? Es decir, ¿en cuál actividad de éstas puede estar el Señor a tu lado?
Hay una verdad muy grande en las palabras del apóstol Pedro: “Señor, tú lo sabes todo” (21:17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.).
Pero, lo importante es aprender cómo puedo yo saber cuánto amo a mi Señor. Dios le dio dos formas de medir el amor:
a) Apacienta y pastorea mis corderos y mis ovejas (21:15-1715Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.). Esto tiene que ver con lo extenso de mi servicio: Apacentar, es dar de comer; pastorear, es dar un buen ejemplo; y debo hacerlo con los corderos: los recién nacidos en Cristo, y con las ovejas: los que están produciendo algo para su Señor.
b) Sígueme sin fijarte en otros (21:22esús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. ). Unos, como el apóstol Juan siguen al Señor sin que éste se los pida (21:20Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?), otros, necesitan oír de él la orden: “Sígueme” (21:19Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.). Pero esto no importa, lo que interesa es ver cuánto me fijo en otros y cómo pongo mis ojos en mi Señor (Heb. 12:2puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.).
Mi amor por Cristo debe motivarme a:
a) Servirle, haciendo por otros lo que él hizo por mí.
b) Seguirle, buscando ser lo que él es.
Se critica mucho a Tomás por su incredulidad, pero poco se imita su fe. ¿Cuántos, al llegar a conocer a Cristo, sólo exclaman: Salvador? Dios espera más de sus discípulos, si han de ser sus amigos (15:14Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.).
Tomás dijo: “¡Señor mío, y Dios mío!” (20:28Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!). Juan dijo: “¡Es el Señor!” (21:7Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. ). Pedro dijo: “Señor, tú lo sabes todo” (21:17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.). ¿Qué has dicho tú?