“Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.”
“La puerta de la fe” fue abierta a los gentiles, porque pasó lo siguiente (13:1-31Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 3Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.):
Cinco profetas y maestros ministraban, ayunaban y oraban, y oyendo la voz de Dios, creyeron.
La iglesia de Antioquía acató la voluntad de Dios y despidió a Saulo y a Bernabé, creyendo que Dios supliría su ausencia.
Dos varones salieron creyendo que serían guiados por Dios en todos sus pasos y que él supliría todas sus necesidades.
Ahora, piensa en lo que sucede hoy.
¿Conoces algún pueblo o ranchería en los montes o en las selvas donde no han oído el evangelio de Jesucristo?
a) Juntarte con los de tu Iglesia Local para ____________________________________
b) Si Dios te llama a ti debes _______________________________________________
c) Si llama a uno a quien estimas debes ______________________________________
El evangelio comenzó a ser difundido por todo el mundo, tal como lo es hasta el día de hoy. Pero, observemos tres puntos que nunca deberán cambiar (14:26De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido).
1. Pablo y Bernabé “navegaron a Antioquía”. Aunque los que trabajan son individuos, detrás de ellos está el apoyo de una Iglesia Local (o más).
2. En Antioquía “habían sido encomendados a la gracia de Dios”. Dios y “la palabra de su gracia” son recursos más indispensables que el oro o la plata (20:32,3332Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. 33Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. ).
3. “Para la obra que habían cumplido”. Pablo y Bernabé eran “profetas y maestros” en Antioquía (13:1Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo); por esto Dios solicitó que fueran apartados para que desarrollaran el trabajo que él tenía para ellos.
Entonces, las tres verdades que debo aprender son:
a) Dios necesita Iglesias Locales comprometidas con la predicación del evangelio.
b) El conocimiento de Dios y de las Escrituras es más importante que cualquier otro recurso, pues somos enviados a hacer discípulos y a enseñarles que “guarden todas las cosas” (Mt. 28:19,2019Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.).
c) Aquellos a quienes Dios aparta para su ministerio son miembros útiles y activos en su Iglesia Local.
Es bueno tener presente la convicción del apóstol Pablo y hacerla nuestra:
a) Somos luz: algo que debe verse de lejos.
b) Para salvación: debemos atraerlos a la cruz de Cristo, el único lugar donde hallarán salvación.
Para esto tenemos el poder del Espíritu Santo.